Stephen P. Robbins, en su libro “Comportamiento Organizacional, teoría y práctica”, define al comportamiento organizacional como: un campo de estudio que investiga el efecto que los individuos, grupos y estructura tienen sobre el comportamiento dentro de las organizaciones, con el propósito de aplicar dicho conocimiento para mejorar la efectividad en las organizaciones (ROBBINS, STEPHEN P. y JUDGE, TIMOTHY A. Decimoquinta edición. PEARSON, 2013) y, por ende, incide en los objetivos financieros de las empresas. En cualquier entidad pública o privada, es indispensable que haya personas con distintas competencias, para que, en su conjunto puedan funcionar de manera eficiente.
La estructura organizacional, la motivación, las dinámicas de grupo, el liderazgo, las políticas, la comunicación interna y externa, la toma de decisiones, la cultura organizacional, el cambio generacional y otros factores que son relevantes en el entorno laboral, forman parte del comportamiento organizacional; así también, es una combinación de disciplinas como la psicología, la sociología, la antropología, la política como ciencia, para entender cómo las personas y los grupos interactúan dentro de la entidad y cómo esas interacciones afectan el rendimiento, la productividad y la eficiencia de la organización.
El comportamiento organizacional puede ayudar a los líderes a fomentar un ambiente de trabajo positivo, promover la innovación, aumentar la productividad y eficiencia, y, finalmente, en un mediano plazo, llevar a la organización hacia el logro de sus objetivos. Se puede observar que tiene un impacto significativo en las finanzas de las empresas, aunque su relación pueda no ser inmediatamente perceptible.
La gerencia debe contar con 3 competencias indispensables para alcanzar las metas: sus aptitudes técnicas, humanas y conceptuales. Según Robert l. Kanz, durante el tiempo que se dedicó a observar y analizar a los distintos gerentes identificó que juegan un factor importante para la consecución de los objetivos financieros y el manejo del comportamiento organizacional de la empresa, (Kanz, 1955). A estas competencias las describió de la forma siguiente:
- Aptitudes técnicas: Comprenden la capacidad de aplicar conocimientos o experiencias en temas especializados.
- Aptitudes humanas: Habilidad para trabajar en grupo o individualmente con las personas, y el saber entenderlas y motivarlas. Recordando que los gerentes logran sus objetivos a través de otros, deben tener habilidad para escuchar, comunicar, delegar, manejar conflictos.
- Aptitudes conceptuales: Los gerentes deben tener la capacidad mental de analizar y diagnosticar situaciones complejas. La toma de decisiones requiere que ellos identifiquen los problemas, desarrollen alternativas de solución para corregirlos, evalúen y seleccionen la mejor.
El comportamiento organizacional afecta a la salud financiera de una empresa de las siguientes maneras:
- Productividad y eficiencia: Un buen comportamiento organizacional puede aumentar la productividad y la eficiencia de los trabajadores. Esto puede ser a través de una mejor comunicación, una mayor motivación o un mejor trabajo en equipo. A su vez, esto puede llevar a una mayor rentabilidad para la empresa.
- Retención de empleados: Las organizaciones con un buen comportamiento organizacional tienden a tener una mayor retención de empleados. Esto se debe a que los empleados suelen estar más satisfechos y comprometidos en estos entornos. La retención de empleados puede ahorrar a las empresas grandes cantidades de dinero en términos de costos de contratación, capacitación y, por ende, formación. (Esther, 2018)
- Toma de decisiones: El comportamiento organizacional puede ayudar en la toma de decisiones al proporcionar un marco para entender cómo los individuos y los grupos toman decisiones dentro de la organización. Esto puede ayudar a evitar decisiones financieras pobres y promover decisiones que aumenten la rentabilidad.
- Gestión del cambio: En un mundo empresarial en constante cambio, la capacidad de una organización para gestionar el cambio es crucial. El comportamiento organizacional puede proporcionar herramientas y enfoques que ayuden a las empresas a gestionar estos cambios, reduciendo así los costos asociados con el cambio mal gestionado.
- Innovación: Las organizaciones con un buen comportamiento organizacional suelen ser más innovadoras. Esto se debe a que fomentan un entorno en el que los empleados se sienten cómodos compartiendo ideas y tomando riesgos. La innovación puede conducir a nuevos productos o servicios que aumenten las ventas y la rentabilidad de la empresa.
Para concluir, se puede decir que, aunque el comportamiento organizacional puede parecer más relacionado con los aspectos humanos de una organización que con sus finanzas, en realidad puede tener un impacto significativo en la línea de fondo de una empresa y es por ello que es necesario que la gerencia o la alta dirección tenga presente este aspecto poco conocido en el manejo de las empresas, pero de suma importancia.
Este artículo escrito por el C.P.C., M.A. y F.P., M.F. Sandra Luz Carvajal Magaña, Expresidente del Colegio de Contadores Públicos Chiapanecos, lo puedes consultar en nuestra Revista Digital No. 2 “El Contador Público Chiapaneco.